Existen diversas razones por las que se recomienda que las empresas tengan sus propios programas de integridad:
Las propias empresas conocen la importancia de la confianza y la ética en las relaciones comerciales "desde el otro lado", porque saben la relevancia de que sus propios proveedores y clientes actúen con integridad.
Una buena reputación en materia de integridad puede mejorar las oportunidades de nuevos negocios y ser más atractiva a la hora de relacionarse con los distintos actores del mercado.
Las empresas pueden verse más expuestas que las grandes multinacionales y necesitan gestionar adecuadamente los riesgos de corrupción.
Los programas de integridad brindan una guía y posibles soluciones sobre cómo resolver situaciones de hecho a las que podrían verse expuestas las empresas en el día a día.
Un código de ética en particular puede ayudar a construir legitimidad frente a los propios empleados y mejorar su lealtad ante la empresa.
Una empresa con elevados estándares éticos crea un buen clima de trabajo entre sus empleados.
La existencia de un programa de integridad adecuado permite el acceso a los beneficios de la Ley 27401 en el marco de una investigación judicial.